La anemia, especialmente la deficiencia de hierro, es un problema de salud muy común tanto en los niños como en los adultos, y también se produce muy a menudo durante el embarazo. La anemia significa una reducción de la concentración de hemoglobina en los glóbulos rojos.
La hemoglobina es una proteína especial. Además de dar color rojo a la sangre, es responsable de unirse con el oxígeno para que la sangre pueda llevar el gas de los pulmones a todo el cuerpo. Cuando una persona tiene anemia, tendrá menos oxigenación del cuerpo.
¿Cuáles son los síntomas de la anemia?
Los principales síntomas de la anemia son: debilidad, dolor de cabeza, irritabilidad, cansancio, falta de aliento o dificultad para la actividad física y palidez.
Las personas con anemia pueden seguir teniendo fatiga, aumento de la frecuencia cardíaca, palpitaciones, falta de apetito, desánimo, falta de atención, bajo rendimiento escolar, dolor abdominal en los niños, antojos de alimentos específicos o extraños como el deseo de comer hielo o tierra, pérdida de cabello, lengua aplastada, uñas quebradizas y llagas en las esquinas de la boca.
Cuanto mayor es el grado de anemia, más graves suelen ser los síntomas de la misma. El diagnóstico se hace a través de un análisis de sangre realizado en un laboratorio.
¿Qué causa la anemia?
Las causas de la anemia son múltiples: hemorragias fuertes, enfermedades crónicas, enfermedades de la médula ósea (responsable de la producción de células sanguíneas), enfermedades genéticas (anemia falciforme), deficiencia de vitaminas y minerales, siendo la causa más común de anemia, además de la deficiencia de hierro, llamada anemia por deficiencia de hierro.
Hemoglobina baja, ¿Qué puede ser?
El hierro es un mineral muy difundido en la naturaleza y se encuentra en casi todos los vegetales. Sin embargo, el cuerpo humano tiene dificultades para absorber las sales de hierro de los vegetales, y nuestra principal fuente de hierro es eventualmente la carne, especialmente el pescado y las carnes rojas, que tienen un tipo de hierro que se absorbe más fácilmente en el intestino (hierro heme).
Sin embargo, para la producción de hemoglobina y células sanguíneas, también se necesitan otras vitaminas como el ácido fólico y otras vitaminas B que se encuentran en las verduras y los cereales.
¿Cuál es el tratamiento para la anemia?
El tratamiento de la anemia depende de su causa y de la gravedad de la afección. A menudo es posible revertir el cuadro sólo con cambios en la dieta. Sin embargo, hay casos en los que es necesario incluir suplementos de hierro, medicamentos e incluso transfusiones de sangre.
Entre las diversas medidas dietéticas, se recomienda:
- Restringir la ingesta de leche a unos 300 ml por día (máximo 500 ml de leche por día, ya que la leche dificulta la absorción del hierro y compite con los alimentos más ricos);
- Aumentar la ingesta de verduras de hoja verde oscura como el brócoli, la col y las espinacas, los frijoles, los cereales y los granos en general, la calabaza, la remolacha. Tener un consumo moderado de carne roja (las vísceras como el hígado son ricas en hierro) y pescado.
- Aumentar la ingesta de frutas ricas en vitamina C, ya que esta vitamina es importante para la absorción del hierro y también ayuda en el tratamiento y la prevención de la anemia.
La evaluación y el diagnóstico correctos de la anemia deben ser realizados por el médico que puede ordenar los exámenes específicos para la anemia y evaluar el grado y el tipo de anemia y, a partir de este diagnóstico correcto, proponer el tratamiento apropiado.