Sí. La diverticulitis tiene cura y el tratamiento es simple en la mayoría de los casos. El tratamiento inicial se realiza con una dieta ligera y líquida, asociada a antibióticos y analgésicos, cuando no hay signos de gravedad.
El objetivo del tratamiento en los casos más leves es sólo aliviar los síntomas. El divertículo no se elimina y la gran mayoría de las personas se curan completamente en 3 días.
Sin embargo, en los casos más graves de diverticulitis o cuando hay complicaciones como perforación, hemorragia y formación de abscesos, es necesario hospitalizar a la persona. La terapia se basa en el ayuno y la administración de antibióticos directamente en la vena.
Intestino con diverticulitis
Los tratamientos son también más agresivos e incluyen la cirugía para extirpar la parte del intestino comprometida por los divertículos y el drenaje de los abscesos (cuando son de pequeño volumen) por punción a través de la piel.
Incluso con el tratamiento adecuado, las recurrencias de la enfermedad suelen ser frecuentes. En estas situaciones, la cirugía puede ser programada de acuerdo a las necesidades de los pacientes.
Además de los medicamentos y la cirugía, el tratamiento de la diverticulitis también incluye algunos cuidados y medidas para el paciente, como:
- Consumir alimentos con alto contenido en fibra, como frutas, granos enteros, verduras y cereales, porque son excelentes para el proceso digestivo en su conjunto, y esenciales para un buen funcionamiento intestinal, lo que ayuda a prevenir la enfermedad diverticular;
- Evitar el uso de laxantes para combatir las crisis de estreñimiento intestinal;
- Intenta beber al menos 2 litros de líquido al día ya que ayuda a la formación de la torta fecal;
- Realizar actividades físicas con frecuencia ya que acelera el metabolismo y el tránsito intestinal.
¿Cuándo está indicada la cirugía para tratar la diverticulitis?
El tratamiento quirúrgico es necesario en las siguientes situaciones: formación de grandes abscesos, diverticulitis recurrente, falta de respuesta a la medicación, obstrucción intestinal, peritonitis, formación de fístulas, paciente con diabetes o baja inmunidad, hemorragias intestinales frecuentes o que persistan durante más de 2 días.
¿Cómo se realiza la cirugía?
En las cirugías de diverticulitis realizadas con carácter de emergencia, se suele extirpar la porción afectada del intestino. Luego, el intestino se «conecta» a la pared abdominal (colostomía) y las heces se eliminan al exterior a través de esta abertura y caen en una bolsa especial.
Sólo después de la completa desaparición de la infección y la completa recuperación del paciente se reconstituye el intestino y las heces son eliminadas de nuevo normalmente por el ano.
Cuando la cirugía se planifica y no se hace con urgencia, el intestino se reconstituye durante el procedimiento y la colostomía no es necesaria.
En estos casos, la cirugía no es muy invasiva y se realiza por videolaparoscopia. No se hacen grandes cortes en el abdomen, sólo pequeñas incisiones a través de las cuales se introducen el laparoscopio y los instrumentos quirúrgicos. El tiempo de recuperación también es más corto en comparación con el otro procedimiento quirúrgico.
¿Qué es la diverticulitis?
La diverticulitis es la inflamación de uno o más divertículos, que son protuberancias que se asemejan a la punta del dedo de un guante, que pueden estar localizadas en varias áreas del tracto gastrointestinal, principalmente entre las fibras musculares del intestino grueso.
En estos divertículos puede haber encarcelamiento de una pequeña cantidad de heces. Las bacterias presentes en las heces, bajo ciertas condiciones, se multiplican e inflaman el tejido, causando la enfermedad.
La diverticulitis puede causar un absceso (acumulación localizada de pus) o una perforación intestinal. En este segundo caso, las heces en la cavidad abdominal pueden provocar una condición muy grave, llamada peritonitis (infección generalizada en la cavidad abdominal).
¿Cómo prevenir la diverticulitis?
Para prevenir la diverticulitis, se recomienda perder peso (cuando sea necesario), no fumar, evitar las carnes rojas y las grasas de origen animal, hacer ejercicio con regularidad, evitar tomar medicamentos sin necesidad y mantener una buena hidratación.
También es muy importante aumentar la ingesta de alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras crudas o cocidas, así como alimentos integrales, como el pan, el arroz y la pasta.
Todas estas medidas favorecen la salud y el funcionamiento del intestino, ayudando a prevenir la diverticulitis.
En caso de sospecha de diverticulitis, debe consultarse a un médico, preferiblemente un gastroenterólogo, para la investigación y el tratamiento.